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¿Los móviles ya forman parte de las clases?

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Los teléfonos móviles siempre se han visto como "los chicos malos" de las clases y la administración ha dedicado bastante tiempo a impedir que los estudiantes portaran sus queridos teléfonos a las aulas (personalmente, he recibido más de un castigo por enviar sms durante las clases de matemáticas). Creo que todos estamos de acuerdo en que los teléfonos móviles pueden jugar un rol negativo en las aulas (pueden ser una gran distracción, facilitar las acciones relacionadas con bullying u otros comportamientos inadecuados, entre otros), pero lo cierto es que éstos no van a ningún lado.
Diane Barry, una profesora de Lengua Española de secundaria describe el hecho de prohibir a los chicos usar sus teléfonos como "una ardua batalla imposible de ganar, pero si los alumnos pueden dejar de lado sus ganas de enviar mensajes, comprobar el correo electrónico o ver series, los smartphones pueden ser una gran herramienta de trabajo". Ello puede significar que ya ha llegado la hora de emplazar los teléfonos inteligentes y las tabletas en las aulas y así descubrir todos los beneficios que pueden ofrecer estos dispositivos tan polémicos. El uso de la tecnología va a ser cada vez más extenso, especialmente entre los jóvenes, de modo que si no puedes luchar contra ellos, es mejor que te unas a ellos.

Promover la participación

Al recordar cómo eran mis clases los lunes por la mañana, lo cierto es que ahora siento lástima por mis profesores. Éstos, básicamente debían llegar a casi sobornarnos (en especial, mediante comida) para sacarnos una sola palabra. La timidez puede desencadenar parte de esta falta de participación, pero ésta también puede deberse al aburrimiento o al hecho de que los estudiantes no sientan ninguna obligación con respecto a participar si nada les fuerza a hacerlo. La integración de teléfonos móviles en las clases sin duda puede incrementar el nivel de participación de los estudiantes.

Para resolver el problema de la irresponsabilidad, además de ayudar a los chicos tímidos, los profesores pueden servirse de estrategias basadas en encuestas en las que todos deben aportar su opinión a través de sus dispositivos. De ese modo, se verán privados de la posibilidad de pasar la pregunta a otro compañero, puesto que resulta muy fácil saber quién ha contestado y quién no. Además, se trata de una efectiva vía alternativa, para aquéllos con problemas para hablar en público. Así, el profesor puede disponer de una valiosa herramienta para iniciar debates, animar a los estudiantes a desarrollar respuestas elaboradas y promover la interacción verbal a partir de las respuestas recolectadas desde los dispositivos.
Los grupos de jóvenes también pueden servirse de los juegos de los dispositivos inteligentes como una técnica para conocer a la perfección nuevos conceptos y evitar que éstos se distraigan. Sabemos que los niños se pueden sentir especialmente atraídos por videojuegos, de modo que el uso de este común hobby puede eclipsar el aspecto aburrido del proceso de aprendizaje. De hecho, se trata de un método cuya efectividad ya está probada mediante, por ejemplo, las miles de apps relacionadas con la educación que han triunfado en los mercados.

Con un dispositivo en sus manos, los alumnos pueden tener fácil acceso a todo tipo de información que puedan necesitar (creo que podemos asumir que nadie preferirá usar la enciclopedia) y por ello serán más propensos a investigar los hechos relevantes e interesantes a los que puedan acceder desde sus dispositivos. Diane ya ha comprobado el éxito de este concepto: "los estudiantes pueden usar sus teléfonos como una herramienta de búsqueda inmediata... mis alumnos usan usan sus teléfonos para buscar palabras en castellano y de hecho, también pueden escuchar su pronunciación... también usan las guías de estudio que acompañan a los libros de texto en línea para repasar la materia antes de las pruebas".
 

Costes y beneficios prácticos

Los libros de texto son uno de los aspectos más costosos del campo de la educación. Son millares, los euros gastados en volúmenes y volúmenes de libros que requieren de actualizaciones constantemente y en ocasiones, apenas sí los usan los alumnos. ¿Por qué no invertir una sola vez en un dispositivo para cada estudiante que contenga toda la información necesaria para cada curso, que además se actualice por sí solo constantemente (y no provoque escoliosis)? O incluso mejor, súmate a la Revolución BYOD  si ésta cuenta con el respaldo general de tu comunidad y elimina todos los costes.

Resulta importante considerar el ahorro que puede suponer la eliminación de todos los documentos impresos que manejan los estudiantes a diario: el papel, la tinta, etc. Todo ello es una combinación de hojas que pueden acabar combinándose de forma caótica y provocar graves problemas a la hora de encontrar las hojas adecuadas. 

Imagina una aplicación desde la que los estudiantes pudieran tener acceso a sus deberes, además de contar con la posibilidad de enviarlos y practicar distintos ejercicios, descargar notas e información que pudieran haber olvidado, crear chats y tablones en los que prepararse para los exámenes de forma conjunta, etc.
Al distribuir todos los documentos escolares de forma electrónica, dar a los estudiantes la alternativa de guardar los apuntes vía fotografía o vídeos y crear una comunidad virtual en las clases, la organización general del aula puede experimentar una gran mejora y así evitar gran parte del caos.

Preparar a los estudiantes para aspectos inevitables de su futuro

Del mismo modo que en su día tuvimos sesiones escolares dedicadas al aprendizaje de la mecanografía y cómo manejar correctamente el Office, ahora los niños en las clases deberán aprender los conocimientos básicos sobre tecnología, puesto que se tendrán que enfrentar a ésta en el futuro. A pesar de que no podemos predecir el tipo de tecnología que los niños de hoy en día usarán en el futuro, sí resulta bastante claro que, por lo menos, los dispositivos inteligentes y las redes sociales, formarán parte de su futuro. Ser capaz de navegar sin problemas a través de un dispositivo móvil es una cualidad que resultará necesaria (o al menos, será bastante práctica) cualquier llevar a cabo cualquier tipo de profesión. De ese modo, la incorporación de dichos dispositivos en el sistema educativo dará lugar a estudiantes mejor preparados y mejor adaptados a los tiempos presentes.

Otra forma de integrar el móvil en la preparación del futuro profesional es la inclusión de asignaturas relacionadas con la programación en el currículo: el aprendizaje de código básico, la creación de apps, etc. Puede que algunas personas consideren absurdo el hecho de exponer a los niños a tan compleja y difícil materia, pero lo cierto es que muchos de ellos pueden sentirse interesados por este campos y convertirse en expertos en el tema. Pudimos ver un claro ejemplo de ello en el Web Summit de Dublín, donde un grupo de chicos llamado CoderDojo  aprendían todo lo necesario sobre programación y tecnología, ¡y les encantaba la tarea! Una pequeña introducción en la materia no tiene por qué dañar a nadie y por contra, puede aventajar a ciertos estudiantes en uno de los sectores con mayores salidas profesionales en la actualidad.
Llegados a este punto, el pelearse con los chicos que usan dispositivos electrónicos en las clases resulta en una batalla perdida. Al permitir  el uso de smartphones y/o tabletas, se permite que los alumnos puedan interactuar con los instrumentos con los que se sienten más cómodos y que su vez, son de su mayor agrado. Y de ese modo, se puede promover su participación e incrementar su interés en el aprendizaje.

¡Ha llegado la ahora de desestigmatizar los teléfonos móviles en las clases y de darle una gran empujón a esta nueva idea!
Traducido por Laura Mas Martín